Mindfulness al día

Estar en el presente no lleva a la felicidad

Mindfulness está en todos lados, ya no hay duda de ello. Innumerables notas de prensa, artículos en blogs, posteos en redes sociales y videos hablan del “estar en el momento presente” como un remedio maravilloso para afrontar todos nuestros males, desde la codicia, la desatención, el odio y el bullying. Se utiliza para reducir el burnout en médicos, en ejecutivos y en militares. Y con gran entusiasmo muchos afirman que hemos “recuperado”  un bien común universal de las profundidades de las tradiciones contemplativas budistas, ahora si, en su dimensión sin misticismo ni creencias retrógradas involucradas, quitando toda la cuestión religiosa y quedándonos con la dimensión “real” de mindfulness: estar en el presente y ya, que la vida es ahora, que estar en el presente es el fin de todos los males, la auténtica felicidad.

Circula esta imagen que ilustra la idea:

El perro tiene el sol y los árboles en la mente y anda feliz, mientras que los pobres humanos vivimos infelices con la mente llena. Lamento decir que el fin del sufrimiento promovido desde el “estar aquí y ahora” no está más lejos de ser real que estar completamente fuera del presente. Como dice un querido personaje llamado Pakete lo digo de vuelta por si alguien no lo escuchó: estar en el presente no lleva a la felicidad.

Me dedico a dirigir una institución desde la cual promovemos Mindfulness, asi que ¿cómo puedo decir que justamente nuestra principal actividad es una causa perdida? ¿Es que tengo un rapto de sinceridad y debo confesar que todo esto es una cortina de humo para un nuevo plan de dominación mundial?

No, no se trata de eso. Se trata pues que estar en el presente sin más no sirve en lo más mínimo.

Dejenme decirles que el problema más grande no es con la meditación sino con qué se dice al respecto. En el camino de la práctica estar en el presente es la base, el sostén, el cimiento para poder sostener el real trabajo que lleva a reducir el malestar y el sufrimiento, a alcanzar la felicidad. Es estar en el presente, si, pero investigando el presente con una cualidad que poco se ve retradada en la literatura de divulgación: observar con ecuanimidad.

En la tradición budista la ecuanimidad (upekkhā en pali; upekṣā en sánscrito) es la capacidad de estar frente a la experiencia con neutralidad, soltando el apego o el rechazo a la experiencia. En la práctica de meditación de manera muy pragmatica y directa se trata no hacer nada con lo que se observa. En el ámbito de mindfulness secular y occidental se traduce normalmente como aceptación, no juzgar, pero incluso aceptar tiene todavía un componente de acción. Aun siendo una acción virtuosa, sigue habiendo cierto nivel sutil de hacer.

Así es que la ecuanimidad, el componente activo de la práctica de mindfulness, por el complejo acto de ser apropiada por la cultura occidental ya empieza a desnaturalizarse. En el contexto budista para que un laico pueda practicar debe establecerse en cinco preceptos, que no difieren en mucho de los mandamientos y otros preceptos éticos para una buena vida planteados en todas las tradiciones religiosas. Se trata simplemente de vivir una vida que genere el menor sufrimiento posible para uno y todos, lo que es ni más ni menos que una manifestación de la ecuanimidad, un manual de referencia para evitar acciones que sabemos perniciosas: matar, robar, embriagarse, etc. Todos las conocemos incluso sin mandamientos, no todos las practicamos.

Por caso “poner la otra mejilla” luego de una agresión no implica resignación sino hacer frente a mi propio dolor con el corazón abierto y con ecuanimidad. Devolver la violencia con violencia sería continuar el ciclo de sufrimiento para mi y para el otro. Golpear es un acto desesperado de aliviar el propio dolor eliminando la fuente, personificado en ese caso en el agregido. Pero claro, el daño ya está hecho luego del golpe. La aceptación de que ese golpe ya me fue propiciado, que el dolor ya está aquí, que la herida ya fue abierta, ofrece la posibilidad de poder transformar esa experiencia, a traves de la ecuanimidad, en sabiduría. Y mucho se puede hacer frente a un golpe con sabiduría. Sin sabiduría solo queda el camino de devolver el golpe… o quedarse pensando en devolverlo. Un calvario interior.

Incluso con aquello que es agradable estar en el presente no implica en lo más minimo alcanzar la felicidad. Si está tomando un helado y lo está disfrutando, seguramente esté en el presente, pero si está deseando que el helado no se derrita o no se termine o que no llegue el invierno o que el aire acondicionado no estuviese tan fuerte para poder “disfrutar” sin tiritar, o que el chocolate es rico pero no tanto, pues ¿de que le sirve estar en el presente? Poder estar con todos esos fenómenos en el presente y no hacer nada es el camino. Esto implica disfrutar de lo que ya está, el sabor rico del helado es disfrutable, pero no hay razón para hacerlo más disfrutable porque se vuelve precisamente lo contrario. Si el sabor pudiese ser más rico, ya lo sería, así que ¿por qué no quedarse con el disfrute que ya está disponible sin aumentarlo o disminuirlo ni hacer absolutamente nada al respecto?

Por lo tanto estar en el presente es realmente necesario, condición sine qua non. Pero no alcanza. Observar e investigar ese presente con ecuanimidad, aceptando radicalmente lo que sucede es realmente la práctica.

Así es que sería bueno que aquellos que abogamos por la difusión de mindfulness empecemos a decir menos del presente y más de la ecuanimidad, y de esa manera ya estaríamos haciendo un gran bien en pos de honrar las tradiciones de las que mindfulness proviene y fundamentalmente estaríamos haciendo un bien para todos los seres.

8 comments for “Estar en el presente no lleva a la felicidad

  1. Natalia
    09/06/2017 at 13:30

    Tan cierto Santiago… Pero confiemos en que se han logrado grandes avances en la búsqueda del bienestar gracias a la divulgación de estos temas. Gracias por tan valioso aporte, alienta a seguir mejorando y profundizando en esta práctica.

  2. Marisa
    10/06/2017 at 11:32

    Gracias Santiago por poner el acento en esta cualidad y ser tan gráfico para ilustrar.

  3. silvina
    11/06/2017 at 11:01

    Muy bueno santiago, a integrar ecuanimidad al estar presentes!

  4. Sebastian
    11/06/2017 at 14:07

    Me parece una postura muy sensacionalista para hablar de la ecuanimidad, como si estuviéramos a punto de polarizar algo que al final hermanamos. inclusive, la felicidad no se alcanza, es un ingrediente.
    Gracias por generar consciencia.

    • Santiago Nader
      Santiago Nader
      12/06/2017 at 12:04

      Hola Sebastián, aunque no sigo muy bien tu razonamiento agradezco tu aporte a la discusión. Seguramente sea una falta de comprensión de mi parte o quizá me falten algunos ingredientes de tu comprensión de estos conceptos. Sentite libre de expandir si tenes ganas y tiempo, me sería de gran utilidad. Un saludo!

  5. 21/06/2017 at 19:43

    Mi querido Santi!!!

    Gracias por este post.

    Y hay otra parte de la práctica que a mi parecer también requiere de acentuarse. Tu la comentas un par de veces y me encantaría escuchar o leer tus pensamientos al respecto sobre lo que quieres decir con “investigar”

    “Es estar en el presente, si, pero investigando el presente con una cualidad que poco se ve retratada en la literatura de divulgación: observar con ecuanimidad”

    “Observar e investigar ese presente con ecuanimidad, aceptando radicalmente lo que sucede es realmente la práctica”

    Mi intuición de la práctica me dice que este componente de “investigar”, no de manera forzada ni con una agenda, sino con una cualidad de curiosidad genuina, de discernimiento acerca las cualidades de la experiencia y los fenómenos da paso a determinados “insights” sobre como estos existen que va siendo liberadora en cuanto a la forma cotidiana de experimentarles.

    Creo que podrían entenderse como dos componentes, la ecuanimidad y la investigación.

    ¿Para ti qué es ese componente de investigar? ¿Para qué? ¿Cómo?

    ¡¡¡Un abrazo!!!

    • Santiago Nader
      Santiago Nader
      11/07/2017 at 01:42

      Hola Vale, pues aunque tarde mucho mi respuesta es la que ya has dado. Investigar es para mi lo mismo que para vos. En cuanto al para qué, diría que no se trata de los insights liberadores sino simplemente limpiar de causas y condiciones. Al no generar ningún “hacer” sobre los fenómenos… pues te vas liberando de la siguiente ronda de “hacer”. Esto no implica liberarse de los fenómenos sino dejar de generar sufrimiento a partir de ellos. Para mi el gran problema con el insight derivado de la práctica es que ¡dan ganas de tener más! Y ahí estás de vuelta en la ronda de “hacer”.
      Abrazo!

  6. Carlos
    26/06/2017 at 16:33

    Estoy totalmente de acuerdo, solamente con estar presente no es suficiente. ¿ Qué nos esta ocurriendo a la sociedad que no cesamos de buscar soluciones rápidas a nuestros problemas?