¿Qué es el estrés?

El estrés es una capacidad natural que todos los mamíferos compartimos. Se trata de un mecanismo que nos permite sobrevivir a las demandas de la vida en este mundo, con sus peligros y amenazas. Si los humanos no tuviesemos la capacidad de estresarnos no podríamos sobrevivir. Una definición clásica ya de la teoría de los sistemas de evaluación cognitiva de Lazarus y Folkman nos dice que el estrés es: 

...el resultado de la relación entre el individuo y el entorno, evaluado por aquel como amenazante que desborda sus recursos y pone en peligro su bienestar. 
Lazarus y Folkman, 1989.


Esto es lo que se denomina estrés agudo. Es  la reacción automática ante un estresor concreto que que presenta claramente un principio y un final. Es una función adaptativa del organismo que permite enfrentar los peligros y las amenazas. 

Es claro que la percepción que tenga el individuo de la situación y de sus propios recursos tendrá un papel determinante en el desencadenamiento o no de la reacción de estrés.

El estrés "malo"

 El estrés agudo está perfectamente adaptado y no es malo en ningún aspecto. Sin embargo, cuando los estresores se prolongan a través del tiempo el organismo entra en un estado de estrés crónico, situación que no solo deja de ser adaptativa sino que es contraproducente, pues los sistemas se colapsan por la activación constante, impidiendo la normal actividad biológica, psíquica y emocional. Este es el denominado estrés "malo" o estrés crónico. Es así como el estrés predispone a distintas enfermedades como: enfermedad coronaria, hipertensión arterial, colon irritable, úlcera gástrica o duodenal, psoriasis, cefaleas, depresión, trastornos de ansiedad y pánico y trastornos del sueño. 

Las situaciones estresantes, llamadas “estresores” pueden ir desde el enojo transitorio a sentirse amenazado de muerte, desde un divorcio a una boda  o desde la muerte de un familiar a un nacimiento. 

¿Por qué nos estresamos?

Si imagina a una cebra que está siendo perseguida por una leona, usted se podrá dar una idea de lo que pueda estar sucediendo a la cebra en ese momento. Todo el organismo se prepara para lograr superar esta situación extrema. Si la cebra sobrevive entonces puede que a las dos horas la encuentre tranquilamente descansando y recuperándose debajo de un árbol. La cebra ha activado lo que se llama respuesta de relajación, que es ni más ni menos que el opuesto fisiólogico a la reacción de estrés. La respuesta de relajación es un estado que permite recuperar el equilibrio del organismo y que, al igual que el estrés, es un mecanismo compartido por todos los mamíferos.

La diferencia entre la cebra y los humanos está justamente en lo que nos hacen humanos: podemos pensar y proyectar situaciones que, de ser vividas nos provocarían estrés. Sin embargo, el problema está en lo que numerosos estudios sobre el estrés han descubierto: para la parte del cerebro que se encarga de disparar la reacción de estrés no hay diferencia entre estar pensando en una situación y estar viviéndola.

Es por esta razón que vivimos activando la reacción de estrés y se vuelve una de las mayores fuentes de sufrimiento y desequilibrio. 

Mindfulness para reducir el estrés crónico

La práctica de Mindfulness permite comenzar a ver con claridad lo que sucede mientras sucede. Actúa sobre estos modos de percepción y sobre los patrones de reacción asociados. Esta práctica permite descubrir, a través de una observación atenta y comprometida, dichos patrones y  modos de reacción que por lo general se asocian a un estado de estrés crónico y de desequilibrio.