Mindfulness al día

Historia Zen: Más nunca es suficiente

Estaes una historia que me ha llegado a través de un libro muy recomendable que reformula y edita estas historias de la tradición Zen para niños. Se llama “The Very Delicious Strawberry” (La muy deliciosa frutilla) y pueden encontrarlo en Amazon (en inglés). Esta es una traducción del cuento del picapedrero.

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El picapedrero
Había una vez un picapedrero que no estaba satisfecho consigo mismo y con sus logros en la vida.
Un día pasó por la casa de un rico comerciante. A través de la puerta abierta, vio muchas bellas posesiones y visitantes importantes. “¡Que poderoso debe ser este comerciante!” pensó el picapedrero. Se puso muy envidioso y deseó ser como el comerciante.
Para su gran sorpresa, de repente se convirtió en el comerciante, disfrutando de más lujos y poder de lo que jamás había imaginado, perotambién era envidiado y odiado por los menos ricos que él. Al poco tiempo un alto funcionario pasó, cargado en una silla sostenida por hombres fuertes, acompañado por sus asistentes y escoltado por soldados golpeando gongs. Todo el mundo, no importa cuán rico, tuvo que inclinarse ante la procesión. “¡Que poderosos debe ser este oficial!” pensó. “¡Me gustaría ser él!”
En el acto se convirtió en el alto oficial, llevado a todas partes en su silla bordada, temido y odiado por la gente a su alrededor. Era un día caluroso de verano, por lo que el funcionario se sentía muy incómodo en su sillón pegajoso. Levantó la vista hacia el sol. Brillaba con orgullo en el cielo, no afectado por su presencia. “¡Qué poderoso es el sol!” pensó. “¡Ojalá pudiera ser el sol!”. Entonces se convirtió en el sol, que brilla intensamente sobre todos, nutre la vida y, al mismo tiempo abrasador de los campos, maldecidos por los agricultores y trabajadores. Sin embargo, una enorme nube negra se movió entre él y la tierra, de manera tal que su luz ya no pudo brillar sobre todo. “¡Que poderosa es esta nube de tormenta!” pensó. “¡Ojalá pudiera ser una nube!”
Entonces se convirtió en una nube, que al inundar campos y aldeas, recibe los gritos de todos. Pero pronto se encontró con que estaba siendo empujado lejos por alguna fuerza poderosa, y se dio cuenta de que era el viento. “¡Qué poderoso es!” pensó. “¡Ojalá yo pudiera ser el viento!”
Entonces se convirtió en el viento, que soplando voló las tejas de los techos de las casas, arrancando árboles. Era temido y odiado por todos. Pero después de un rato, se tropezó con algo que no se movía, no importa que tan enérgicamente que soplara en su contra – una enorme, enorme roca. “¡Que poderasa es esta roca!” pensó. “¡Ojalá pudiera ser una roca!”
Entonces se convirtió en la roca, más poderosa que cualquier otra cosa en la tierra. Pero mientras estaba allí, oyó el sonido de un martillo golpeando un cincel en la superficie dura, y sintió que lo deshacía y dañaba. “¿Qué podría ser más poderoso que yo, la roca?” pensó.
Miró hacia abajo y vio muy por debajo de él la figura de un picapedrero.

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